¿Asistirás a un visionado de portfolios en un festival donde editores verán tu trabajo?, ¿te has apuntado a un taller con algún fotógrafo y te piden que presentes un proyecto que te gustaría que se publicase en un futuro?, ¿piensas autoeditarte pero no sabes por donde empezar?
Esta es la primera parte de una serie de pequeños artículos que si bien no suponen una guía detallada y exhaustiva de cómo publicar un libro de fotografía, si que pueden sentar unas bases y ayudar a aclarar ideas.
Existen muchos tipos de libros de fotografía por lo que es imposible establecer un caso tipo. No es lo mismo hacer un catálogo con motivo de una exposición o evento, un libro que recoja los momentos más importantes de la carrera de un autor o un trabajo que desarrolle en profundidad un tema concreto. Además cada editorial tiene su forma de trabajar, sus tiempos y sus ideas en relación al diseño. Por tanto aquí hablaremos sobre la forma de hacer las cosas de Materia Editorial, que es con toda probabilidad muy diferente a la metodología que siguen otras editoriales de mayor tamaño.
Somos un equipo muy reducido, eso nos obliga a ser versátiles y hacer un poco de todo. No tenemos capacidad para desarrollar muchos proyectos al mismo tiempo, pero si que podemos ser pacientes y dedicarle a cada libro el tiempo que necesite. Las decisiones se toman por consenso y tienen que ser aprobadas por todos -sobre todo el autor como es lógico.
No trabajamos con grandes presupuestos pero somos muy exigentes con la calidad del producto. Lo que nos obliga a diseñar los libros pensando en el máximo aprovechamiento del papel y a exprimir los portfolios –no cuentes en 120 páginas lo que puedes contar en 90.
Estas particularidades hacen que nuestra forma de hacer las cosas esté más cerca de los fotógrafos que de las empresas, por lo tanto nos movemos a la misma escala, al mismo ritmo e intentando dar solución a los mismos problemas. Es por esto que creemos que nuestros consejos pueden ser de ayuda a mucha gente que quiera comenzar en el mundo del libro.
En este texto hemos puesto algunos términos en negrita. Estos son puntos a tratar en este primer artículo como problemas a los que enfrentarse.
Dedicarle a cada libro el tiempo que necesite.
No entregues trabajos al 80%. Si no tienes una fecha estricta de entrega asegúrate de que tienes todo el material que necesitas. Si el proyecto consta de varias partes y una de ellas es un poco más floja que el resto haz más fotos. Es mejor tener material de sobra y enfrentarse al problema de descartar a posteriori que tener que buscar parches y relleno.
Una vez que creas que tienes todas las imágenes que necesitas o que por motivos de logística, presupuesto, agotamiento de ideas, etc no puedas continuar, deja que reposen en un cajón. Cuanto más tiempo mejor. Poner distancia nos ayudará a seleccionar de forma más objetiva. Si pasan varios meses y algunas ideas siguen fuertes en la cabeza, puede que se trate de buenas ideas.
No cuentes en 120 páginas lo que puedes contar en 90.
Eso quiere decir que primero necesitamos tener algo que contar. Es importante que si nos preguntan el tema de nuestro libro podamos responder en menos de 50 palabras.
¿De qué trata Los Americanos de Robert Frank?
El libro documenta el estilo de vida americano de los años 50 visto con los ojos de un europeo que recorre el país en coche.
Eso quiere decir que todas las fotografías del libro tienen que estar directamente relacionadas con el tema. Si nuestra mejor foto no justifica esta premisa hay que descartarla y sustituirla por otra que nos ayude a comunicar mejor lo que queremos decir. Este punto suele ser el más polémico cuando se edita el trabajo de otra persona y lleva con mucha frecuencia a discusiones que se mantienen hasta altas horas de la noche. También es un fallo frecuente incluso en libros de autores muy conocidos.
Imaginemos que en una película aparece una escena que no encaja con el argumento pero que termina en el montaje final porque el director o el guionista estaban especialmente orgullosos de un chiste que se les ocurrió la noche anterior y decidieron improvisar unas lineas de diálogo. Efectivamente, estoy hablando de un montón de películas de acción de los años 80 y 90.
Si tuviese que apostar diría que es improbable que alguien tenga 120 o 150 buenas fotografías de un tema sobre el que lleva trabajando un año o dos -a no ser que gran parte de ellas sean repetidas. Piensa en condensarlo en 25 o 30 fotos muy sólidas y otras 15 o 20 buenas fotografías que ayuden a completar en caso de ser necesario. En esta vida hay una máxima: No ser cansinos. El lector aprecia un trabajo bien filtrado, donde todas las piezas encajan y no se aburran viendo las mismas cosas repetidas una y otra vez a no ser que exista un motivo para ello.
Tenemos que ser exigentes con la calidad del producto.
Esto es una obviedad, pero por desgracia no siempre está a nuestro alcance. Conseguir impresiones de mucha calidad no es fácil, ni barato, pero tenemos que estar seguros de que conseguimos llegar hasta donde nuestros recursos nos permitan y no quedarnos a medio camino.
No solo es una cuestión económica, puedes tener el mejor papel, impresión offset, un monitor calibrado… y terminar con un mal resultado. Son necesarios unos conocimientos técnicos a la hora de preparar los archivos para enviar a imprenta, un conocimiento del comportamiento de los papeles y estar en imprenta ya que muchas decisiones importantes se toman en las propias máquinas.
Puede que no tengamos presupuesto para una impresión de la máxima calidad, ni capacidad para mover las grandes cantidades de libros de una tirada offset. Existen otros métodos de impresión más manejables y sencillos. La calidad no será perfecta, pero si será suficiente y nos ayudará a cumplir nuestros objetivos.
Cuando edites tus fotos prueba a imprimir con una impresora doméstica, llévalas en lápiz de memoria a una fotocopistería y utiliza papel convencional. Si lejos de las condiciones ideales el trabajo sigue sosteniéndose, es buena señal. Si nuestro trabajo lo imprimen terceros y no tenemos control sobre lo que harán, si usamos servicios de impresión online o si en un festival o una sala de exposiciones ponen nuestras fotos en catálogos y no tienen mucho presupuesto puede que el resultado se parezca a esas copias caseras.
Continuará en próximas entregas…
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