El trabajo de una editorial de fotografía no consiste sólo en publicar superventas, ni trabajos de nombres conocidos y reconocidos, sino en buscar y rebuscar, incluso debajo de las piedras, aquellos proyectos/autores quizás no tan populares pero que merezcan ser mostrados.
Este es el caso de Senén Merino, trabajador incansable, silencioso, más amigo de círculos íntimos que de grandes dosis de popularidad. Senén atesora una trayectoria que viene desde los años 70 cuando comenzaba a relacionarse con la fotografía de los círculos universitarios madrileños. Desde entonces ha ido construyendo una mirada propia y personal, ajena a las modas y teniedo claros sus referentes, lo que le deja como resultado un trabajo coherente, honesto y más que solvente.
Senén Merino pertence a esa generación que empezó a fotografíar en blanco y negro y a revelar en el laboratorio, y que le ha tocado reconvertirse al mundo digital, no con poco esfuerzo, lográndolo no solo con gran solvencia, sino que además sabiendo aprovechar sus virtudes.
Ingeniero de profesión, apasionado de la fotografía y del mundo del arte en general, verá reconocida su trayectoria este año con un libro que recoge una selección de sus mejores imágenes de la última década (Materia Editorial) y una exposición, «La última luz», que ocupará el verano en las salas del Museo Evaristo Valle de Gijón.
Enhorabuena a Senén. Seguro que tu trabajo seguirá dando frutos.
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